Hoy me levanté pensando en ti, ¡Sí, en ti!, en TI que me estás leyendo. No sé si fue porque el día estaba nublado o porque se acercan las vacaciones, pero curiosamente todos los años por estas fechas tengo esta sensación: que vamos en piloto automático sin prestarle a la vida la atención que se merece.

Seguro que alguna vez has sentido que no le prestas atención a nada, que te pones la coraza y no eres consciente de lo que estás experimentando, ni de lo que está pasando a tu alrededor en ese momento.

Seguro que te resulta familiar pasar un semáforo y no saber si lo has pasado en rojo o en verde, o si has cerrado la puerta cuando has salido de casa… Miles de situaciones nos alertan cada día y nos indican cómo vamos y cómo estamos… pero como vamos en piloto automático nos pasan desapercibidas.

Habrá situaciones que no podamos evitar, pero mientras tanto, ser conscientes nos ayudará.

Cuando abusamos del piloto automático estamos dejando pasar la oportunidad de crecer, de aprender cosas nuevas y de aprovechar las oportunidades que surgen a nuestro alrededor.

Funcionar en piloto automático es como mirar la vida y dejarla pasar.

¿Y por qué te cuento todo esto?

Porque se acercan las vacaciones y necesitamos dejar esa mochila que nos agota cada día, porque queremos disfrutar de nuestras familias, desconectar, y si no te paras y empiezas a RESPIRAR y a ser consciente de lo que tienes, ¡será difícil que lo puedas disfrutar!

¡Sí! Respirar, eso que hacemos una y otra vez sin darnos cuenta.

Vale la pena dejarte querer, vale la pena valorar, vale la pena sonreír, vale la pena vivir. Pero recuerda: ¡es importante despertar!

¡Desconecta el piloto automático y empieza a disfrutar el momento!