¿Estamos cumpliendo con las expectativas que tienen los clientes de nuestro negocio? ¿Sabemos lo que hacemos y cumplimos lo que decimos?
Hay experiencias que acaban marcando el antes y el después de un proyecto. Hoy quiero dedicar esta publicación a grandes compañeras que en su día hicieron que el MÉTODO NER empezase a tener sentido.
A todas vosotras, que lo visteis nacer… dije que algún día lo escribiría… ¡esto va por vosotras!
Todo empezó cuando elegí este titular para iniciar una de nuestras reuniones. Nos habíamos congregado decenas de profesionales y, aunque cada una residía en una parte distinta de España, todas asistíamos con la misma finalidad:
Queríamos mejorar los resultados en nuestros centros de estética.
La verdad es que escoger este título para la reunión nos dio mucho juego, fue muy divertido, demasiadas preguntas juntas para tantas mujeres con ganas de crecer en sus negocios.
¿Sabemos lo que hacemos en nuestros centros de belleza?
Al empezar la reunión quise lanzar esta pregunta. Sabía que era demasiado dura, pero o rompíamos el hielo y nos sincerábamos o sería difícil poder ayudarnos unas a otras.
Estas fueron algunas de las respuestas:
(…)«¿Cómo le voy a indicar un número de sesiones concreto a mi cliente, si no tengo claro lo que voy a conseguir?».
(…)«Es que yo no veo el resultado que tengo que ver, no lo veo».
De estas reflexiones pudimos extraer varias conclusiones:
- Si no sé qué puedo conseguir, ¿cómo puedo aconsejar al cliente cuál es el tratamiento necesario?
- Si no conozco en profundidad la patología de mi cliente y qué beneficios puede ofrecer la aparatología o la cosmética en su cuerpo, ¿cómo puedo hablarle de resultados?
- Si yo no lo tengo claro, ¡mi cliente tampoco lo tendrá!
¿Cumplimos lo que decimos?
Esta pregunta tenía la misma fuerza que la anterior y requería una gran capacidad de análisis si el objetivo era crecer.
Estas fueron algunas de las respuestas con las que me encontré:
(…)«Mis clientas se van muy contentas, pero muchas de ellas no repiten los tratamientos».
(…)«Me compran alguna crema , pero después acaban comprando cremas más baratas que dicen que también les van muy bien».
(…)«No hacen caso de lo que les digo y entonces el tratamiento no funciona».
¿A qué conclusiones llegamos con estas respuestas?
- ¿Somos realistas y cumplimos las expectativas que buscan nuestros clientes?
- Si no sabemos lo que busca el cliente, ¿cómo podemos satisfacerle?
- Si no hemos sabido ver lo que el cliente desea alcanzar y lo que nuestras técnicas pueden conseguir, ¿cómo saber si hemos alcanzado el objetivo para que el cliente repita su experiencia o se lo cuente a alguna persona conocida?
- Si hemos conseguido venderle un cosmético, ¿qué hemos dicho para que vea que es igual a cualquier otra crema que se pueda comprar?
- ¿Le hemos explicado antes de empezar el tratamiento que para conseguir el resultado tiene que acompañarlo con unos hábitos y que debemos hacer un trabajo conjunto?
¿Tu objetivo es crecer y mejorar en tu centro de estética?
Quizás te hayas sentido identificada con algunas de estas reflexiones; reconocer los problemas es el primer paso para crecer, mejorar y comenzar a construir.
Ahora formularé de nuevo la pregunta.
¿Sabemos lo que hacemos y cumplimos lo que decimos?
¿O hacemos lo que sabemos y decimos lo que NO cumplimos?
Para comenzar a construir, estas fueron las mejoras que potenciamos en nuestros centros y que tienes que poner en práctica hoy mismo. ¡Comprobarás los resultados!
- Escucha a tu cliente, averigua lo que quiere y estarás más cerca de cumplir sus expectativas.
- No hagas falsas promesas, haz lo que le has dicho que le ibas a hacer.
- Fórmate, comparte, pregunta y saca lo mejor de ti para poder ser la mejor profesional.
Y recuerda : ¡no prometas nada que no puedas cumplir!
Para todas y cada una de vosotras y, en especial para el gran equipo de IC, que hizo que esta reunión fuera (aparte de muy productiva) una bonita experiencia, gracias de corazón.
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